En busca de mi pequeño YO, ese ser que habita en cada una de las personas y que en la mayoría de nosotras desconocemos de su existencia o no dejamos que comparta nuestro espacio.
Mi pequeño YO es esa conexión que experimentamos cuando hacemos las cosas. Es PARAR, OBSERVAR y APRECIAR lo que estamos haciendo en este momento o lo que disponemos en nuestra vida.
Encuentras al pequeño YO cuando eres plenamente consciente del momento. Cuando conectas con el sentir y el fluir del instante, de tu vida.
El pequeño YO puede aparecer en cualquier momento, siempre y cuando estés dispuesta a buscarlo. En una velada con amigas, en una conversación, caminando, bailando, jugando con tus peques, leyendo, etc.
Cuando aparece tu pequeño YO y lo conectas en el momento presente, en el aquí y ahora, la experiencia se magnifica, los sentidos se agudizan y la situación se convierte en más placentera y beneficiosa para ti misma y los que te rodean.
Haz la prueba, siéntate en el suelo a jugar con tus hijas/os, concéntrate solo en saborear del juego, las risas y de la compañía, sucumbe al juego con tu pequeño YO.
Si te gusta el vino, sírvete una copa en un lugar relajado, crea un ambiente acogedor y saborea el primer sorbo. Siente la textura, la temperatura, el sabor y sé consciente del momento, comprueba qué sucede.
No es tarea sencilla ir en búsqueda del pequeño YO. Las prisas, el ruido exterior e interior, el estrés, las tareas y obligaciones diarias, la rutina, nos impiden en la mayoría de ocasiones que aparezca, ni tan siquiera darnos cuenta de que existe en nosotras.
En esta época de verano, durante las vacaciones, cuando a larga el día es ideal para empezar a descubrir nuestro pequeño YO interior y permitir que se quede en nosotras para siempre.
Ir en busca de nuestro pequeño YO nos descubre aquello que nos mueve, nos apasiona, nos tormenta e inquieta. El pequeño YO nos acompaña a descubrir qué queremos, qué sentimos, cuál es nuestro propósito en la vida, para qué hacemos las cosas y porqué no las hacemos. Nuestro pequeño YO nos descubre los miedos y sabe de nuestras pasiones. Nos ayuda a estar conectados con la vida desde el autoconocimiento y la consciencia, a tomar decisiones. Nuestro pequeño YO sabe lo que queremos, deja que sea visible, permite que comparta vivencias a tu lado.
Artículo publicado en AMIGASTRONÓMICAS el 24/07/2019